Monseñor Abilio Martínez Varea, Obispo de Osma-Soria, presidió la Eucaristía en la
festividad de San Francisco Javier
La Real Congregación de San Fermín de los Navarros celebró, el pasado 3 de diciembre, la Festividad de San Francisco Javier, uno de los santos patronos de la institución y, al mismo tiempo, co-patrono del Viejo Reyno y Universal de las Misiones católicas; invocación, esta última, que comparte con Santa Teresita del Niño Jesús. Y que ha dado pie a la celebración civil del Santo con la conmemoración del Día de Navarra en su demarcación foral.
El eje central de la conmemoración revistió, en esta ocasión, una especial solemnidad, dado que en esa precisa y concreta fecha, -3 de diciembre de 2023- coincidían dos hitos en la figura de Javier de Jaso y Azpilcueta, que ese era su auténtico nombre familiar.
De una parte, se cumplía este año el 470 aniversario de su muerte acaecida el 3 de diciembre de 1552 en la costa japonesa, frente al litoral de China, que ese era su sueño: evangelizar a los chinos, para incorporarlos a la fe cristiana. Pero no tuvo tiempo: fue al encuentro del Señor a la temprana edad de 46 años.
En 1619 fue beatificado por Gregorio XV para ser canonizado tres años mas tarde en una muy solemne ceremonia en la que también alcanzaron la santidad Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Felipe de Neri e Isidro Labrador, siendo Papa el mismo pontífice que había proclamado su condición de beato, Gregorio XV, y Rey de España Felipe IV.
Por esta conjunción de motivos y circunstancias, la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, impulsada en tan notable empeño por don Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, Conde de Ripalda, Viceprefecto-Presidente de la institución, organizó una misa solemne Presidida por el Obispo de Osma-Soria, monseñor Abilio Martinez Varea, que estuvo concelebrada por misioneros navarros e integrantes de la Fraternidad Franciscana, responsable del culto en nuestra parroquia desde hace casi 140 años.
Con la iglesia completamente ocupada en todos sus bancos, sillas y asientos, el templo recobraba una brillantez que parecía olvidada desde los tiempos de la pandemia. por ello, se aprovechó esta feliz conjunción del retorno a la normalidad recuperada y la notable afluencia de fieles, que vino marcada también por el regreso masivo de navarros y de devotos de San Francisco Javier, para obsequiar a todos los presentes, al término de la ceremonia, con una degustación de productos navarros, en un salón del complejo parroquial anexo a la iglesia.