360 años de la Novena de la Gracia

L

a historia se remonta a 1633; esto es, medio siglo antes del nacimiento de nuestra Real Congregación, que se produjo en 1684. Hablamos, por tanto, de  una tradición largamente secular: 360 años largos. Aunque, en rigor, lo que sucedió aquel año fue una intervención milagrosa del santo patrono de Navarra. Este es el relato de aquel episodio: El P. Marcelo Mastrilli, de la Compañía de Jesús, sufrió un gravísimo accidente, que le conducía en cuestión de horas a la muerte. Cuando se pensaba ya en el entierro, el P. Mastrilli se levantó sano y curado: la herida había desaparecido, la cicatriz no se notaba y el Padre se sentía restablecido. Bien temprano celebró su misa y dio la comunión a muchas personas que concurrieron a ver este prodigio.

El P. Mastrilli prometió la especial ayuda del santo a cuantos le invocasen y también recomendó hacerle una novena. Subió enseguida al púlpito y por su propia voz explicó al pueblo de Nápoles el secreto. Viéndose herido y sin esperanza de vida, había hecho voto en honor de San Francisco Javier de ir a las Misiones de Indias, si le concedía la salud. La noche última se le había aparecido el Santo animándole a cumplir su voto y recibir el martirio en el Japón (como así sucedió). El P. Mastrilli prometió la especial ayuda del santo a cuantos le invoquen y también recomendó hacerle una novena.

Más tarde, el P. Alejandro Filipucci, también curado por el santo en 1658 , compuso la Novena y fijó como fecha para su realización del 4 al 12 de marzo (aniversario de la canonización del santo navarro), aunque puede hacerse en cualquier época del año. Desde entonces, esta devoción se ha divulgado rápidamente por todas partes. Se la conoce con el nombre de Novena de la Gracia “por -en palabras de San Pío X- su grande y comprobada eficacia en las necesidades de la vida presente”. Piadosa tradición que todos los años en estas fechas se lleva a cabo en San Fermín de los Navarros, al igual que en otros muchos lugares de los cinco continentes.

Novena de la Gracia en honor de San Francisco Javier

Oración que compuso y decía el Santo

Eterno Dios, Creador de todas las cosas: acordaos que Vos creasteis las almas de los infieles haciéndolas a vuestra imagen y semejanza.
Acordaos, Padre celestial, de vuestro Hijo Jesucristo, que derramando tan liberalmente su sangre, padeció por ellas. No permitáis que sea vuestro Hijo por más tiempo menospreciado de los infieles, antes aplacado con los ruegos y oraciones de vuestros escogidos los Santos y de la Iglesia, Esposa benditísima de vuestro mismo Hijo, acordaos de vuestra misericordia, y olvidando su idolatría e infidelidad, haced que ellos conozcan también al que enviasteis, Jesucristo, Hijo vuestro, que es salud, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén.

Novena de la Gracia: Oración

Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

¡Oh amadísimo y lleno de caridad, San Francisco Javier! Adoro reverente contigo a la Divinal Majestad y alegrándome en gran manera de los singulares dones de gracia con que te enriqueció en esta vida y por la gloria de que ya gozáis, le doy las más fervorosas gracias. Y a ti te suplico con todo el afecto del corazón que con tu eficaz intercesión me quieras obtener la principal gracia, que es la de llevar una vida santa y tener una santa muerte.
Ruégote, además, que me alcances la gracia especial que ahora te pido (hágase la petición con gran confianza). Pero si esto que humildemente solicito no conduce a la gloria de Dios y al mayor bien de mi alma, te ruego me alcances la que para ambas cosas sea más conducente.
Amén.

(Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria)