Por Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada
Conde de Ripalda
Viceprefecto de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros
En el 333 aniversario de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros

elebramos los 333 años de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros y 128 de la inauguración de nuestra Iglesia, así como de la presencia de los Padres Franciscanos en la misma, desde entonces, y del establecimiento por primera vez de la Comisaría General Apostólica de la Orden Franciscana para España.
Ya durante el reinado de Felipe V, y hasta mediados del siglo XVIII, los navarros destacaron en distintas facetas en la capital y con una presencia activa en la Corte. Hay que tener en cuenta, además, que Madrid era la capital de un Imperio con todo lo que ello suponía.
De esta manera surgen distintas iniciativas como el Hospital de San Pedro y San Pablo, de los Italianos, el Hospital de San Antonio de los Portugueses, el Hospital de San Andrés de los Flamencos, Nuestra Señora de Montserrat, de los Aragoneses , o el de San Luis de los Franceses.
En la misma línea nuestra Real Congregación también se estableció en Madrid, conservando hasta la actualidad su presencia y labores que la vieron nacer.
Este es un hecho de especial relevancia, pues con motivo de estos aniversarios que estamos llevando a cabo, nos reafirmamos, desde nuestra antigua presencia cerca de la Puerta del Sol, después en Atocha, más tarde en el Mirador (hoy Paseo) del Prado, y hasta nuestra actual ubicación en la calle Eduardo Dato; en el espíritu que nos vio nacer, renovando nuestros votos y Fe Católica, para poder transmitir a las siguientes generaciones este legado, que hoy cobra especial trascendencia, en el mundo que nos toca vivir.
En 1684, se constituyó la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, siendo su primer Prefecto, el Duque de Alba, Condestable de Navarra, bajo la protección del Rey Carlos II y para ” venerar a su glorioso Patrón, San Fermín, primer español Obispo y primer Obispo de la antiquísima Iglesia de Pamplona, como también primer Mártir español….”.
El 4 de Julio de 1689, el propio Rey Carlos II se asienta como Prefecto perpetuo, ” en conformidad con las constituciones, haciendo voto de defender la Purísima e Inmaculada Concepción de la virgen María…”.
En 1755, el Rey Fernando VI, se declaró ” Prefecto perpetuo, por si y demás sucesores en sus reinos…”, siendo para siempre ya por tanto el Prefecto el Rey, mientras que el Viceprefecto era el que prácticamente gobernaba la Real Congregación.
En 1760, El Rey Carlos III, recibía ya a la Real Congregación bajo ” mi real protección, y la de los reyes mis sucesores en esta Corona…”
En 1890, se inaugura la Iglesia de San Fermín de los Navarros, siendo Viceprefecto el Conde de Heredia Spinola, en terrenos adquiridos a SAR la Infanta Doña Isabel de Borbón, en el antiguo Paseo del Cisne, hoy Eduardo Dato. Desde ese mismo momento los Padres Franciscanos se ocuparon de los destinos espirituales de San Fermín de los Navarros, hasta nuestros días, acompañando por tanto ya en una parte muy importante de nuestra historia a la Real Congregación, hecho este que hay que destacar especialmente en el conjunto de nuestras celebraciones.
En la actualidad y desde la inauguración de la Iglesia, muchos hechos se sucedieron también, de los que podremos ocuparnos en otro momento; pero hoy tenemos delante de nosotros un gran reto, con las obras que se vienen acometiendo desde hace varios años, y que han permitido consolidar el conjunto de las edificaciones de San Fermín.
En ello, quisiera llamar a todos a la colaboración para unir esfuerzos de cara al necesario presupuesto, y también las ideas que pudiéramos proponer una vez que las obras y la necesaria tala de los árboles, nos ofrezcan una nueva visión de cómo queremos consolidar y embellecer todo el recinto de San Fermín de los Navarros.
Las celebraciones de nuestras efemérides, además, y de forma muy especial , como decía al principio, han de ayudarnos a renovar lo más importante: el espíritu Cristiano que nos vio nacer y nuestra fe Católica para incorporar en este siglo XXI lo mejor de nosotros mismos, en bien tanto de las presentes como de las futuras generaciones, y pensando de forma muy especial también en nuestra juventud que es a la que dedicamos los esfuerzos de todos, como el mejor eslabón para anudar una cadena de muchos siglos mas, en el devenir de nuestra Real Congregación.
La Real Congregación de San Fermín de los Navarros
Fernando Aizpún Viñes
Ex-Viceprefecto (2007-2014) de la Real Congregación.
onstituida por un grupo de ilustres navarros el día de San Fermín de 1683 ha constituido, ahora ya y durante más de 333 años, ininterrumpidamente, una embajada, un pedazo de Navarra en Madrid, un centro de referencia para los navarros en la capital, y una asociación que ha cumplido vigorosamente los fines para los que fue creada: servir de vínculo de unión de los navarros en Madrid, unidos por su común devoción a los copatronos de Navarra, San Fermín y San Francisco de Javier, y desarrollar al mismo tiempo una misión de protección mutua, de caridad y asistencia a los navarros necesitados de la solidaridad de sus paisanos más afortunados.
La Real Congregación es una Asociación pública de fieles con arreglo al Derecho Canónico que goza asimismo de plena personalidad jurídica civil y está inscrita en el Registro correspondiente de entidades religiosas del Ministerio de Justicia.
No es por tanto una asociación privada meramente civil, ni una Fundación, ni tampoco una O.N.G., ni un Club social, gastronómico, cultural, recreativo… Sigue siendo una institución compleja y rica, por su historia, por sus actividades, por las de sus congregantes, al servicio de Navarra, de los navarros en Madrid, de la Iglesia madrileña. Se enorgullece en fin de apoyar económicamente las tareas pastorales y asistenciales de misioneros navarros en la India, Togo, Perú, Congo, países donde estos embajadores navarros nos permiten cumplir más eficazmente el mandato de nuestras Constituciones de ayudar a nuestros prójimos y copaisanos más necesitados.
Es propietaria del templo levantado en el Paseo Eduardo Dato de Madrid en honor de San Fermín de los Navarros, que tiene cedido a la Orden Franciscana para que franciscanos, en su mayoría navarros, atiendan al culto del templo y rijan y den servicio igualmente a la parroquia de San Fermín de los Navarros, erigida alrededor de este templo previo Convenio celebrado entre la Real Congregación y el Arzobispado de Madrid.
El edificio está catalogado como Bien de Interés Cultural con carácter de Monumento. Es Prefecto vitalicio de la Real Congregación el Rey de España, pues lo es siempre el Rey de España desde que lo fuera el rey D. Carlos II. Todos los Reyes firman su “asentamiento” como Congregantes y Prefectos Vitalicios. El Libro de estos Asentamientos es una de las joyas del patrimonio documental de la Real Congregación que ha sido puesto a disposición de todos los navarros y de los estudiosos de su historia mediante cesión para digitalización al Archivo General de Navarra.
De su larga y gloriosa historia destaca el esplendor de la que Caro Baroja llamó “la Hora Navarra del XVIII”, época en la que “Madrid estaba dominada por navarros, y más propiamente oriundos del Baztán” (Marqués del Saltillo). Como recuerda el profesor Pérez Sarrión, “Entre 1684 y 1814, la Congregación de San Fermín fue mucho más importante por lo que representaba, la poderosa comunidad navarra, que lo que aparentemente fue, una más de las muchas asociaciones piadosas madrileñas de esos tiempos.”
La historia de la Real Congregación es la historia de estos navarros que triunfaron en la Monarquía Hispánica del XVIII, como Juan de Goyeneche, tesorero y prestamista de reyes, Editor de la Gazeta de Madrid, fundador del pueblo de Nuevo Baztán, ese experimento del preilustrado ambicioso que fue este baztanés de Arizcun.
La Real Congregación recibió también el respaldo y aprecio de la entonces Diputación Foral, con la que convino el Alto Patronato de la misma en 1941. Cuenta con un rico patrimonio artístico, aunque desgraciadamente se perdieran tallas valiosísimas al ser arrasada la Iglesia durante la Guerra Civil. La estatua conocida como El Niño del Dolor, un niño nazareno penitente con la cruz a cuestas, que, aunque atribuida a Alonso Cano, es probablemente la obra más valiosa y sin duda la más querida por los Congregantes.
La Real Congregación de hoy organiza solemnes actos de culto los días de San Fermín y de San Francisco Javier, una Javierada de los navarros en Madrid a Nuevo Baztán en marzo, excursiones a centros de interés histórico para Navarra, conciertos y conferencias, y sigue siendo la pujante Congregación de navarros en Madrid que siendo fieles a su historia están abiertos a las nuevas maneras de entender, en la Navarra y el Madrid del siglo XXI, su misión de servicio a Navarra y a los navarros en Madrid y en el mundo.
La Casa de Alba y La Real Congregación
on Antonio Álvarez de Toledo y Enríquez de Ribera, VII Duque de Alba (en el cuadro, sin firma de autor, fechado en 1674), en su condición de Conde de Lerín y Condestable de Navarra, fue uno de los fundadores y primer Prefecto -por elección- de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, cargo en el que permaneció, reglamentariamente, por espacio de un año.
Tiempo más tarde, en 1720, acaecido su fallecimiento, uno de sus descendientes, D Francisco Álvarez de Toledo y Silva, a la sazón X Duque de Alba, su bisnieto, ocupó igualmente el cargo de Prefecto hasta que el 12 de julio de 1761 los titulares de este puesto pasaron a denominarse Viceprefecto, cargos hasta entonces equivalentes y que se utilizaban indistintamente ya que desde Carlos II el Rey de España era -y sigue siendo- el Prefecto Perpetuo de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros en Madrid.