Las Obras

Cinco años de obras bajo el capote de San Fermín, con incertidumbre financiera

E

l 3 de diciembre de 2012, bajo el patrocinio del paisano San Francisco Javier -y son palabras textuales del entonces Viceprefecto, Fernando Aizpún Viñes-, “damos el escopetazo de salida” a las obras de reforma y rehabilitación del complejo -iglesia, residencia, sede de la RC, patios, jardines…- de San Fermín de los Navarros. La nota, de régimen interior y fechada el 11 de noviembre de 2014, recogía toda una declaración de necesidades e intenciones: ” En el peor momento económico general, con las Administraciones Públicas incapaces de ayudar y, al contrario, buscando “sangrarnos” por el hecho de ser titulares del inmueble, la continuidad de la Real Congregación, tan vinculada a la perennidad del propio edificio, depende de que seamos capaces de culminar los esfuerzos que ya hemos empezado estos meses anteriores.”

No quedaba más remedio, porque un informe emitido por la ITE (Inspección Técnica de Edificios) como consecuencia de la inspección girada a nuestras instalaciones, lejos de resultar favorable, había detectado una serie de defectos que urgía reparar. Desde el cielo hasta el suelo. Desde el tejado hasta el patio. Una amplia rehabilitación, que nos veíamos precisados a poner en marcha sin excusas ni pretextos.

Y pusimos manos a la obra. Como herramienta inicial para dar a conocer nuestras necesidades, barnizadas por las previsiones presupuestarias y la enorme dificultad de financiación que ya se vislumbraba, se editó un primer folleto-catálogo en el que se explicaba la necesidad de las obras, las fases del proyecto y solicitando ayudas: “El Folleto -explicaba igualmente el señor Aizpún Viñes- es la primera herramienta para facilitar la presentación del problema y la solicitud de ayuda. Pero cada gestión puede requerir otra documentación o explicación y cada cual conoce su interlocutor para añadir lo que pueda requerirse en cada caso.”

Primer reclamo de la “Operación Teja”, puesta en marcha por acuerdos de la Juntas de 10 de abril y 8 de mayo de 2012.

Operación Teja

— Cartel-programa anunciador del primer concierto benéfico de Navidad, a favor de las obras de la parroquia.

Y, ciertamente, explicaciones no han faltado. E iniciativas originales. Quizá la más llamativa, y la que ayudó a la Real Congregación a dar a conocer el problema, el proyecto, y la enorme ilusión con la que nos poníamos en marcha, fue la que dimos en  llamar “Operación teja”. Porque, como repetíamos por activa y por pasiva. “empezamos la casa por el tejado”. Porque, efectivamente, los tejados -de la Iglesia y de los edificios anexos- estaban pidiendo a gritos una reforma urgente, para terminar con unas goteras reincidentes y graves.

Y fueron precisamente las tejas el recurso de nuestra primera ofensiva de marketing. En el primer concierto de esta nueva etapa -celebrado el 30 de noviembre de 2013- se indicaba ya que se celebraba a beneficio de las obras de rehabilitación y restauración de la Iglesia Parroquial de San Fermín de los Navarros. El elemento de captación más atractivo eran, precisamente, las tejas: unas deliciosas tejas de almendra, realizadas desinteresadamente por el gran chef navarro Pedro Larumbe -más de mil unidades,  agrupadas en paquetes de cinco unidades- que invitábamos a adquirir por el precio simbólico de cinco euros. Estas tejas se agotaron a los pocos minutos de terminado este especial Concierto de Navidad.

Concierto que, por cierto, había dejado un dulce recuerdo en la audiencia. Había corrido a cargo de una de las agrupaciones privadas más acreditadas de nuestro país: la Excelentia Choral Academy (o Coral de la Fundación Excelentia) fundada y dirigida por Javier Martí. Más de 40 voces y 40 instrumentistas tomaron parte en este recital extraordinario centrado, en su vertiente coral, en diversos paisajes de “El Mesías”, de Haendel. Este fue el arranque de los ciclos culturales de música, que, desde esta fecha, se han venido sucediendo ininterrumpidamente hasta hoy (Ver información en la solapa Cultura).

Captación de fondos

Otra iniciativa que adquirió cierto relieve en su momento, fueron los sorteos de libros editados por la Real Congregación que, en lotes de tres ejemplares diferentes, aunque todos ellos referidos a la historia y actividades de San Fermín de los Navarros, eran sorteados ente los asistentes a nuestros recitales y conciertos.

Paralelamente, habíamos obtenido la participación en el programa “Proyecto de Banca Cívica” -hoy absorbida por La Caixa- a fin de que los porcentajes del beneficio neto destinado a la Obra Social obtenido por esta entidad bancaria con los productos que los titulares tuvieran contratados con la misma, así lo indicaron. Campaña que funcionó en base a los cupones insertados en el Boletín de la RC, y que tuvieron un gran respaldo y participación entre los navarros; y no solo en los residentes en Madrid.

Cabe destacar aquí, también, otro intento de captación de fondos, en base al programa MECNA que había puesto en marcha, en octubre de 2014, el Gobierno de Navarra al amparo de la Ley Foral de Mecenazgo Cultural. Este programa consagraba un nuevo modelo de colaboración público-privada para la realización de proyectos o actividades culturales. Y en uno de sus apartados precisaba que estaba abierto a “hogares, centros y casas de Navarra y sus federaciones”, que quedaban invitadas a participar de sus beneficios, si cumplían los requisitos obtenidos.

El  Gobierno de Navarra concedió a la Real Congregación  de San Fermín de los Navarros la oportuna calificación, recibida en nuestra sede el 15 de enero de 2015,  para participar en el programa MECNA. A partir es fecha, y por un periodo de dos años, las empresas domiciliadas en Navarra y los particulares de aquella Comunidad quedaban facultados para concedernos ayudas y subvenciones con desgravación, fiscal, amén de ser candidatos a ayudas y subvenciones del Gobierno Foral. Sin embargo, al cabo de un año, nos dimos voluntariamente de baja al constatar la poca efectividad de este programa. Por supuesto, el Gobierno Foral no nos hizo destinatarios de ninguna ayuda.

Las obras

Las obras, sin embargo, una vez acometidos los primeros proyectos por los arquitectos, no se han detenido hasta hoy. Conscientes de que nuestro complejo constituye una de las escasas -y quizá de la más conocidas- muestras del neomudéjar madrileño, amén de haber recibido la calificación de Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, no podíamos escatimar medios ni recursos para el desarrollo, en diversas fases, de estas obras y mejoras de rehabilitación y reforma, al cabo de los más de 125 años transcurridos desde su inauguración (abrió sus puertas el 7 de julio de 1890)

La primera fase, la más urgente por el estado precario de las instalaciones, consistió en una completa reforma de la pocería y saneamiento del complejo. Con la rehabilitación del sistema de alcantarillado, previa la regeneración de la pocería y de la red de desagües hasta el colector. El importe total de esta parte de la obra ascendió a 60.000 euros, que fue sufragado por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. Esta primera fase de las obras quedó concluida, y entregada el mes de agosto de 2012.

La segunda fase se dedicó a reparar las cubiertas y tejados de la zona este del edificio, cuyo interior ocupan los Padres Franciscanos que se encargan del culto en la iglesia. La obra concluyó en octubre de 2012, y consistió en la reparación de las cubiertas del edificio y retejado. El coste, que conforme a presupuesto ascendió a 85.000 euros, pudo ser costeado gracias a  la generosidad de congregantes, amigos, parroquianos, donantes y benefactores privados, muchos de ellos anónimos.

Una de cal…

Quedaba pendientes, en aquel momento, la parte del león de las obras: el resto de las cubiertas -templo y zona oeste, sede de la RC-, las reparaciones de la torre, que como consecuencia de las palomilla acumulada amenazaba con su hundimiento, y otras reparaciones necesarias, como la limpieza de la fachada y el mantenimiento y reparación,  en su caso, de las estructuras de los tres edificios.

Para hacer viable financieramente este ambicioso proyecto, ha sido necesario dividirlo en dos fases. La primera, limitada a las cubiertas del ala oeste, sede de la RC, precisaron un desembolso de 81.000 euros, y concluyeron en la fecha apalabrada. Y la última, las cubiertas del templo, la rehabilitación de las fachadas y la reparación de la torre, han requerido una inversión de 250.000 euros, en cuya amortización nos hallamos empeñados.

Entre tanto, un problema inesperado vino a nuestro encuentro. Una de cal, como acostumbra a decirse. Se detectó que 31 de los 34 árboles de nuestros patios, longevos ya, estaban enfermos, con un estado fitosanitario general muy defectuoso que hacía obligada su tala, tras la correspondiente autorización y el pago de los derechos municipales. Los trabajos de la tala propiamente dicha del transporte hasta un destino autorizado, encarecieron sensiblemente la operación. En su conjunto, un desembolso de 5.000 euros.

Hay que anotar en el haber que Caritas Parroquial organizó un mercadillo a beneficio de nuestras obras, en noviembre de 2014, que contó con el apoyo de organizaciones parroquiales y la colaboración de la Fundación COFARES, que aportó un gran lote de productos para su venta beneficio de las obras de San Fermín. Este mercadillo constituyó una gran éxito, incluso económico. Y ya se sabe que un grano…

Esperanza de futuro

Hasta aquí la pequeña historia de unas obras que bien podría afirmarse que nos han quitado el sueño durante los últimos años. Y que han salido adelante, sin duda alguna,  gracias al incansable capotillo de San Fermín que tantos quites nos ha hecho durante este tiempo. Porque, aparte de la financiación de las últimas obras concluidas, quedan todavía en pie no pocos -ni pequeños- desafíos. Los patios están por reparar, deteriorados por las últimas obras (grúas, caídas de materiales, andamiajes, paso de camiones…) y habrá que afrontar un nuevo ajardinamiento de estos espacios.

Lo más importante, que trastoca de alguna manera los planes trazados, responde a un nuevo e inesperado desafío: las lluvias de la última primavera han producido graves destrozos de las plantas segunda y tercera de nuestra sede social, que ha afectado también a tres de las celdas que ocupan los Padres Franciscanos, en este momento inhabitables. Amén, claro, de la repercusión de este deterioro en las estructuras que sirven de soporte a la cubierta oeste. Otro desembolso que no bajará de los ocho mil o diez mil euros.

Aquí radican los motivos por los que solicitamos, urbi et orbi, el apoyo y  la ayuda de cuantos organismos, empresas, fundaciones y particulares puedan apoyarnos, así como el respaldo de navarros y madrileños, feligreses y devotos de San Fermín, congregantes y fieles en general, para que con su ayuda y respaldo activos, nos ayuden a rematar estas obras. Nuestra esperanza: que entre todos hagamos posible, a mayor gloria de San Fermín, que nuestro santo patrono y titular reciba el culto y reconocimiento que merece, al tiempo que Madrid logra salvar uno de los pocos monumentos del neomudéjar madrileño que todavía subsisten en pie a día de hoy, Gracias, muchas gracias a todos por vuestra ayuda y vuestro apoyo. De corazón.